viernes, 25 de octubre de 2013

Entrevista a Florencia Cremona


Doctora en Comunicación Social y Directora del Laboratorio de Comunicación y Género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata.

Por Marianela Manzanares 




¿Qué es el Laboratorio de Comunicación y Género?
-          El Laboratorio es un espacio de investigación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, con distintas líneas de trabajo, como el Observatorio de Género y proyectos de voluntariado, perteneciente a la Secretaría de Investigaciones Científicas de la facultad.

    ¿Cómo surge?
-          Surge en el año 2008 a partir de una iniciativa de Florencia Saintout, la actual decana de la facultad, que me propone armar este espacio a partir de una demanda de estudios de géneros. Empezamos siendo un centro de extensión, donde trabajábamos temas como mujeres y participación política, y así empezamos a desarrollar el primer observatorio de género en una universidad pública

¿Cuáles son las líneas de acción?
-          El Laboratorio se dedica a mirar no sólo las problemáticas de las mujeres, como la violencia o la salud sexual, ya que eso es parte de los estigmas que han construido los medios de comunicación, porque una mujer es noticia sólo cuando la matan, pero de las micro violencias o las relaciones de poder que dan lugar a que estos hechos sucedan no se hablan, las políticas públicas también venían siendo paliativas y no preventivas, hasta hace algunos años atrás.
Hoy tenemos una red de observatorios en universidades y ONG´s que lo 
coordinamos nosotros. También estamos por sacar un libro digital, producto de esta red de observatorios, en el marco de la Ley de Medios, que nos permita mirar como los medios abordan los temas de género y ver que relación tienen con la violencia, porque para nosotros el tema va mucho más allá de lo semántico, de decir: “todos y todas”, sino ver que relación existe entre un chiste sobre el cuerpo de una mujer y un femicidio, porque en realidad ahí está la verdadera cadena semántica de la violencia, y esa objetización del cuerpo femenino es lo que permite que después aparezca una chica en una bolsa de basura.
Otras líneas de acción es la participación en charlas, más allá de las investigaciones territoriales que tenemos en la facultad con los tesistas becarios, trabajamos en proyectos de extensión localizados en espacios concretos.

¿Los proyectos de extensión en que se basan?
-  Son trabajos en territorio para ver cuales son los sentidos sociales en torno a determinados temas y ver como los podemos seguir trabajando. Y también ir rompiendo con los estigmas de que el género es sinónimo de feminismo y el feminismo es sinónimo de odiar a los varones.
 
    ¿Qué incluyen las temáticas de género?
-  Yo creo que ahora estamos en condiciones de partir desde el punto cero con las temáticas de género, porque cuando hablamos de esto, no solo hablamos de mujeres, sino también de todos los estereotipos con los que crecen los varones, de ser el macho proveedor, de dar amor, contención, afecto, de no fallar, de conseguir un trabajo para siempre, en un mundo donde el trabajo se reconfiguró y el trabajo para siempre ya no existe.
Para poder hablar de género y diversidad, hay que hablar de que la sociedad está estructurada a partir de la subordinación de las mujeres a los varones, esa es la condición de existencia de la sociedad. Después, con el tiempo, la amplia diáspora de sexualidades, que siempre existió pero que hoy están más visibilizadas, como gays, trans, lesbianas, queer e intersex,  también forman parte de esa ciudadanía de segundo orden, no en los reconocimientos del Estado, sino en la trama de la cultura, por eso, una cosa son los derechos que el Estado reconoce y otra cosa es que se hagan efectivos esos derechos, y ahí deben estar los comunicadores y comunicadoras para poder trabajar con los significados de la cultura y poder ver que hay muchos modos de hacer familia, que la familia no es solo la que está constituida por un hombre y una mujer, heteronormativa y hegemónica, que esa familia también puede tener distintos roles, porque en definitiva tiene que ver con la felicidad, con encontrar mejores modos de estar juntos y gestionar nuestra vida.
Lo importante que es el estudio de género y lo marginado que estuvo se puede ver en un nene que a partir de los 2 años todo lo que proyecta tiene que ver con las condiciones de su género y con los modelos preconstruidos. 

    ¿Qué son las minorías en materia de género?
- Cuando hablamos de minorías, es porque los Estados Nacionales en Occidente han escrito sus leyes desde un yo que enuncia y que es masculino y tutela, un ejemplo claro de esto son las interpretaciones y debates en cuanto a las posibilidades de una mujer de realizarse un aborto, no sólo desde una cuestión de libertad de su cuerpo, sino del control de la sexualidad que supone que esa decisión de ser o no madre, tiene que tener una nomenclatura en el Estado, pero tampoco este debate se puede profundizar porque aborda uno de los mitos más grandes en relación a la mujer que es el sinónimo de ser madres.

¿Cómo ves el panorama social y político en cuanto a las luchas ganadas y las pendientes?
-          Yo creo que se dio una conjunción del cambio del contexto político que permitió el reconocimiento de derechos, porque en realidad los derechos los tenemos, pero hubo avances normativos que hizo que los derechos de las minorías numéricas sean reconocidas y sean parte del discurso cotidiano, pero nos falta ganar la batalla cultural, porque todos estos avances normativos no garantizan los cambios efectivos aunque son un gran avance.
Estas legislaciones como la Ley de Identidad de Género, el Matrimonio Igualitario, La Asignación Universal por Hijo, la Ley de Medios, son fuertes reivindicaciones de derechos pero aunque todavía falta, esto sirvió para establecer la superficie de lo que es políticamente correcto y unificar los modos discusivos para impedir la violencia simbólica, o sea, que ya ningún medio va a poder decir “el travesti”, y esto ayuda a la batalla cultural.
Cualquier reconocimiento de derechos es un avance, pero falta conseguir que estos cambios sean más efectivos y sostenidos en el tiempo, también es muy importante que los lugares donde se gestiona una política pública con la temática de género sean trabajados por personas que sepan y reconocer que no alcanza sólo con que sea una mujer quién la lleve adelante, ya que durante años las secretarías de género estuvieron a cargo de cualquier mujer, sin tener una especialización en el tema, a veces llena de prejuicios y estereotipos, y eso también forma parte de jerarquizar la problemática.        

No hay comentarios :

Publicar un comentario