La Plaza Moreno fue el punto de reunión de la Primera
Marcha Provincial del Orgullo TLGBIQ. En su día más variado, se pudieron
observar actividades tan coloridas como diversas.
Por Marco
Caponera
En una tarde a
pleno sol se organizó el colectivo TLGBIQ para marchar en su día en reclamo de
mayores derechos. Brindaron a la plaza de un colorido sin igual, con las
características banderas del orgullo junto con las de los militantes de La
Walsh, La Kolina, La Cámpora y el M.U.I., que apoyaron la causa. Lo que más
llamó la atención desde temprano a los que pasaban por la plaza de todos los
platenses fueron sin dudas las agraciadas plumas de vedettes que vestían las
chicas trans.
Como parte de la
organización armaron stands a modo de feria en frente de la municipalidad. Allí
también el contenido fue diverso. Desde un stand del Partido Comunista donde se
exhibían libros como “Fidel Castro, guerrillero del tiempo”, hasta otro que tenía
a la venta llaveros, pulseras, hebillas, cadenitas y muñequeras con los ocho
colores inspirados en la canción “Over the rainbow”, de Judy Garland.
- Las hice yo -
dijo Carlo, uno de los vendedores, mientras sostenía con una mano una cadenita,
y con la otra su sombrilla.
Un párroco pasó con
la sotana seguido de un grupo de niños, mientras comenzaron a escucharse las
voces de los participantes a través de un megáfono que reclamaban por la
inclusión laboral de las trans. A su vez se acercaron algunos curiosos a ver de
qué se trataba. La mayoría se alejó ni bien distinguieron las pancartas. Otros,
muy pocos, se sumarían a la marcha hacia la Plaza San Martín, donde la
asociación Otrans tenía preparados los micrófonos para el cierre de las
actividades, donde se presentarían también las candidatas del concurso Miss
Latinoamérica Trans.
Como parte fundamental
de la diversidad que esa tarde supo hospedar la Plaza Moreno, casi pegada a la
congregación del Colectivo, se levantó una importante feria de la Iglesia
Adventista de La Plata. Se acercaban a llevarles sus mensajes a todo aquel que
pasara por allí y entregaban libros gratuitos sobre su religión.
Niños, jóvenes y
adultos con remeras celestes se sorprendían ante el grupo con el cual debieron
compartir el espacio. Iban y venían con carteles con leyendas como “Dios es
Amor” o “Jesús te ama, ven a él”.
- Son pocos pero
son ruidosos - dijo el pastor Raúl Brunelli, mientras señalaba a una trans que
desfilaba por la plaza exhibiendo sus pechos, como parte de su orgullo.
En el fondo de
la plaza, como observando las actividades en su conjuntos, se erguía Catedral
que, sin dejar de ser el icono principal de la ciudad de las diagonales, esta
vez sólo pudo ser testigo de una tarde diversa.
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