domingo, 17 de noviembre de 2013

Marlene Wayar, activista trans



La Eva “trava”

Es conductora de TV, Directora de un periódico, Psicóloga Social, pero sobre todo es un ícono en la lucha por los derechos travestis.

Por Marianela Manzanares


Es una niña sin mapa, que no se ajustó al mundo. Joven encarcelada, violada y prostituída. Debió soportar el hostigamiento policial y social, y aún así hoy puede estar orgullosa de quien es, aunque lo más importante sea lo que no es. Sabe que nunca será genocida, que nunca será asesina, solamente es una trans.

Es cordobesa, aunque no tiene la típica tonada provinciana. A los 43 años, Marlene vive en Capital Federal, y sin duda es una referente de miles de personas trans en todo Latinoamérica. Esbelta, alta, con largos brazos, y una enorme sonrisa de dientes perfectos que denota felicitad.

A los 5 años descubrió que su cuerpo no la representaba, pero fue durante la adolescencia cuando comenzó la transformación hacia la liberación. Ese camino no lo hizo sola, siempre estuvo acompañada de su familia, por eso hoy es su madre la persona que más admira, porque fue capaz de comprenderla. Y es así como le da un sentido amoroso y transformador a la vida, mediante las microrrelaciones sociopolíticas que construye con sus padres y amigos, y no desde la genitalidad, desde el cuerpo, desde las prácticas sexuales.

Rubias, morochas, castañas, no importa el color, las pelucas la caracterizan mucho, aunque muchas veces decide sacársela para problematizar las realidades del colectivo. Se sabe linda, porque así se muestra, y reconoce que es dueña de una belleza que no está estereotipada.

Cuando habla de temas que le duelen se emociona, se le quiebra la voz y las lágrimas no tardan en aparecer. Sobre todo cuando habla de las luchas colectivas, de los 30 mil desaparecidos, de los prejuicios y tormentos que sufren a diario sus compañeras en la calle, “porque cuando nos tildan de locas no entienden que lo que necesitamos es una mano tendida, un abrazo y ser comprendidas”.  

Hace algunos años fue madre de un niño que le quitaron. Y sostiene que la maternidad no tiene que ver con lo genético, sino con el corazón, por eso considera a todos los hijos de esta Tierra como propios. Porque es una madre de alma, protectora de sus amigos y de quienes no lo son. Porque encabeza luchas por la igualdad, la dignidad y la libertad de todos y todas.


A lo largo de su vida logró cosechar los frutos de la perseverancia. Se recibió de Psicóloga Social en la Faculdad de las Madres de Plaza de Mayo, es Directora del único periódico travesti de Latinoamérica, El Teje, coordinó un grupo de investigación  y redacción periodística, donde se busca rescatar las historias silenciadas, y también conduce un programa en Canal Encuentro sobre la diversidad sexual en el cine, llamado Género Identidad.  

Si bien reconoce la Ley de Identidad de Género como un avance en el marco de la despatologización de la elección sexual, cree que se ha conseguido normativisar en lo binario de hombre – mujer a las personas trans, ya que en el DNI solo figuran esos dos casilleros para marcar el sexo, y hay gente que no se siente representada con ninguna de las dos cosas, por eso sostiene que falta un casillero con la letra T, de travesti. “Porque eso también forma parte de las etiquetas que nos obligan a ponernos, y nosotras somos mucho más de lo que decimos”, además confiesa que le molesta mucho que le digan señora.

“Nietzsche decía que el hombre actual es una soga tendida entre el mono y el super hombre, nosotras decimos que el hombre es una soga tendida entre el mono y lo trans”.


No hay comentarios :

Publicar un comentario