La Eva “trava”
Es conductora de TV, Directora de un
periódico, Psicóloga Social, pero sobre todo es un ícono en la lucha por los
derechos travestis.
Por Marianela Manzanares
Es una niña sin mapa, que no se ajustó al mundo.
Joven encarcelada, violada y prostituída. Debió soportar el hostigamiento
policial y social, y aún así hoy puede estar orgullosa de quien es, aunque lo
más importante sea lo que no es. Sabe que nunca será genocida, que nunca será
asesina, solamente es una trans.
Es cordobesa, aunque no tiene la típica tonada
provinciana. A los 43 años, Marlene vive en Capital Federal, y sin duda es una
referente de miles de personas trans en todo Latinoamérica. Esbelta, alta, con largos
brazos, y una enorme sonrisa de dientes perfectos que denota felicitad.
A los 5 años descubrió que su cuerpo no la
representaba, pero fue durante la adolescencia cuando comenzó la transformación
hacia la liberación. Ese camino no lo hizo sola, siempre estuvo acompañada de
su familia, por eso hoy es su madre la persona que más admira, porque fue capaz
de comprenderla. Y es así como le da un sentido amoroso y transformador a la
vida, mediante las microrrelaciones sociopolíticas que construye con sus padres
y amigos, y no desde la genitalidad, desde el cuerpo, desde las prácticas
sexuales.
Rubias, morochas, castañas, no importa el color,
las pelucas la caracterizan mucho, aunque muchas veces decide sacársela para
problematizar las realidades del colectivo. Se sabe linda, porque así se
muestra, y reconoce que es dueña de una belleza que no está estereotipada.
Cuando habla de temas que le duelen se emociona, se
le quiebra la voz y las lágrimas no tardan en aparecer. Sobre todo cuando habla
de las luchas colectivas, de los 30 mil desaparecidos, de los prejuicios y
tormentos que sufren a diario sus compañeras en la calle, “porque cuando nos
tildan de locas no entienden que lo que necesitamos es una mano tendida, un
abrazo y ser comprendidas”.
Hace algunos años fue madre de un niño que le
quitaron. Y sostiene que la maternidad no tiene que ver con lo genético, sino
con el corazón, por eso considera a todos los hijos de esta Tierra como
propios. Porque es una madre de alma, protectora de sus amigos y de quienes no
lo son. Porque encabeza luchas por la igualdad, la dignidad y la libertad de
todos y todas.
A lo largo de su vida logró cosechar los frutos de la
perseverancia. Se recibió de Psicóloga Social en la Faculdad de las Madres de
Plaza de Mayo, es Directora del único periódico travesti de Latinoamérica, El
Teje, coordinó un grupo de investigación
y redacción periodística, donde se busca rescatar las historias
silenciadas, y también conduce un programa en Canal Encuentro sobre la
diversidad sexual en el cine, llamado Género Identidad.
Si bien reconoce la Ley de Identidad de Género como un avance en el
marco de la despatologización de la elección sexual, cree que se ha conseguido
normativisar en lo binario de hombre – mujer a las personas trans, ya que en el
DNI solo figuran esos dos casilleros para marcar el sexo, y hay gente que no se
siente representada con ninguna de las dos cosas, por eso sostiene que falta un
casillero con la letra T, de travesti. “Porque eso también forma parte de las
etiquetas que nos obligan a ponernos, y nosotras somos mucho más de lo que
decimos”, además confiesa que le molesta mucho que le digan señora.
“Nietzsche decía que el hombre actual es una soga
tendida entre el mono y el super hombre, nosotras decimos que el hombre es una
soga tendida entre el mono y lo trans”.
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