miércoles, 20 de noviembre de 2013

Noche Diversa

Con años de trayectoria y sin demasiados competidores, Juana se destaca por sobre los demás boliches al ser elegido por la comunidad gay.

Por Bruno Vázquez


Ubicado en el número 775 de la calle 44 de la ciudad de La Plata se encuentra el disco-bar Juana, uno de los pocos boliches gay que se pueden encontrar en la ciudad de las diagonales. Su fachada esta pintada de un pulcro color blanco y con unas rejas de un no tan impecable color gris que marcan la entrada al lugar. En esta hay una pequeña lona, seguramente para los días de lluvias aunque parece ser solo para los empleados del establecimiento. Arriba de esta se encuentra un reflector que ilumina la entrada con un fuerte color blanco.

Los jopos son la moda imperante entre los presentes, tanto hombres como mujeres
Dos chicos y una chica bailan juntos en la pista. Se abrazan, se besan. No sienten la represión que podrían encontrar en otros ambientes sociales. Mientras tanto el DJ, con un trago en la mano, marca el ritmo desde su cabina ubicada en frente de ellos.

Recorriendo el bar con un pincel y una botellita de tintes, un joven con la cara pintada va haciendo dibujos en los rostros de todo aquel que esté dispuesto.
Varias personas llevan gafas oscuras, quizás para proteger sus ojos de los flashes de las luces multicolores, ubicadas en el suelo y en el techo del lugar, que incesablemente iluminaban la noche.
Las bebidas energizantes parecen ser las más elegidas a la hora de acompañar un trago. Dos barras, sobre ambos costados, proveen de estos y otros brebajes.


Con más de una década, Juana se ofrece como un lugar en donde la diversidad no es un impedimento a la hora de socializar o pasar un buen rato entre amigos.

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